Xóchitl Gálvez

Primero quiero aclarar que a mi no me asusta la eventual postulación de Xóchitl Gálvez[1] como aseguran los nostálgicos del neoliberalismo, muy por el contrario, me parece más interesante la disputa 2024 teniendo como contrincante a un personaje que al menos causa gracia y tiene una historia de vida que contar y que incluso en algún momento tuvo la posibilidad de estar del lado correcto de la historia, pero despreció la invitación que le hizo nuestro movimiento porque prefirió quedarse a defender los intereses de la oligarquía. 

Me explico: todas las encuestas, pero sobre todo el sentido común, nos indican que Morena arrasará en la elección del 2024, y a diferencia de hace 6 años, llegamos con 23 nuevas gubernaturas, o sea que en 6 años el PRIAN, que es nada sin el voto coaccionado, ha perdido los presupuestos, programas sociales y estructuras de funcionarios públicos de la presidencia y de las 23 gubernaturas que ha ganado nuestro movimiento, más las 2 que mal administra MC. Sí a esa debilidad estructural, el PRIAN le suma un aspirante gris y aburrido como Santiago Creel, nuestro movimiento e incluso el pueblo, podrían cometer el error de confiarse y no darlo todo para que continúe la transformación.

Esta seguridad en torno al triunfo de la 4T no es para nada un gesto de exceso de confianza, la propia oligarquía y las dirigencias de los partidos del PRIAN, lo saben, ellos ya alcanzaron su techo y durante este último año de gobierno del presidente López Obrador serán muchas las inauguraciones y en general la cosecha de 5 años que parecieron 15 por la intensidad en el trabajo y el compromiso de todo el gobierno de la Cuarta Transformación Nacional. Ahora mismo la derecha no busca disputar la presidencia de la República sino restarle la mayor cantidad posible de votos y de ser posible distritos electorales a morena para obstaculizar el Plan C.

Por eso para los oligarcas fue una victoria toparse a Xóchitl, una persona a la que las agencias publicitarias le pueden construir un personaje porque si sus abuelos fueron indígenas ella también lo será, no importa que no pertenezca a la comunidad ni hable su idioma. Si la oligarquía no tuvo problemas en dar la orden de masacrar pueblos originarios, si no tuvieron reparo en matarlos de hambre y olvido, mucho menos tendrán ningún asomo de conflicto moral por montarse sobre su histórica marginación y milenaria resiliencia, para construir una narrativa vacía de fondo pero con color en su fachada.

Por eso les molestó tanto el cartón de Rafael Barajas “el fisgón”, porque desvela que el punto de enunciación, es decir, el lugar desde el cuál piensa, siente y actúa Xóchitl Gálvez, no es el de los pueblos originarios con los que no convive cotidianamente, ella habla por y representa a la oligarquía a la que siempre ha servido y aspira a pertenecer.

Ni Xóchitl, ni nadie que pueda emanar de las filas del PRIAN aspira a velar por los intereses de los pueblos originarios porque son guardianes rabiosos del privilegio oligarca.

[1] Dicho esto, espero que nadie se sorprenda porque empecemos a contrarrestar sus afirmaciones y la narrativa que le están construyendo desde algún escritorio,